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Por Mariana Facio

Docente e investigadora – UBA

La historiadora María Inés Fernández visualiza doscientos años de historias de mujeres argentinas.

 

La actual coyuntura nacional está atravesada por la emergencia de una ola ultraconservadora que cuestiona lo hecho por los movimientos feministas en los últimos años. El libro Aventura y convicción. Trayectorias de las mujeres en la Argentina emergente llega para contarnos una historia que mira a la sociedad femenina del país desde los momentos de la colonia hasta nuestro presente. Este trabajo de investigación de María Inés Fernández puede ser de gran ayuda para pensar una actualidad teñida de noticias sobre violencias de diferente forma y magnitud que vivenciamos diariamente las mujeres.  

La autora es Profesora y Licenciada en Historia por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Además, es Magíster en Historia Social y Cultural por la Universidad Nacional de Luján (UNLU). Escribió libros en torno a temas como la inmigración, el trabajo femenino en la industria textil, el peronismo y el posperonismo. Por su vasta tarea de investigación fue reconocida y galardonada con varios premios a nivel nacional. En esta oportunidad su objetivo está centrado en visibilizar la trayectoria de lucha de la sociedad femenina que en nuestro país supera el centenar de años. Su trabajo permite comprender que no surgió con la llamada marea verde y que el silenciamiento en nuestro pasado a través de tantos relatos escritos nos debe hacer pensar en la impronta de los estereotipos de género de quienes se dedicaron y siguen dedicándose a narrar la historia argentina.

Desde sus primeras páginas puede traslucirse la pluma de una historiadora social y feminista en el análisis de las trayectorias de mujeres conocidas de nuestro quehacer nacional como Mariquita Sánchez de Thompson, Encarnación Ezcurra, Eva Perón, Nelly Omar y las Madres de Plaza de Mayo. Pero también en la ampliación de su observación de la participación de las desconocidas, en procesos como la Reconquista de Buenos Aires, la Guerra del Paraguay y la mal llamada Conquista al Desierto.

Para concretar esta tarea no solo es importante la búsqueda de documentación histórica que sirva para sustentar una investigación sobre sus trayectorias personales y políticas sino, además, la utilización de la perspectiva social como la autora lo hace. Gracias a su cuestionamiento de una historiografía que niega la presencia de mujeres en procesos políticos al ser abordados solo desde el análisis de trayectorias masculinas, hoy podemos saber que ellas estuvieron allí y que perduraron huellas que podemos indagar.

En cada una de las cuatro partes que conforman el cuerpo del libro, las mujeres son protagonistas de la historia de nuestro país. La autora comienza por indagar su presencia en la etapa colonial, en el proceso de independencia y en las sangrientas luchas intestinas que dieron lugar a nuestra organización nacional. Continúa analizando su intervención en la consolidación del Estado – Nación soñado como un crisol de razas que fuera promovido por el fomento a la inmigración europea. Se detiene a indagar las experiencias de lucha de esas mujeres migrantes, sus aportes para la organización femenina argentina, a fines del siglo XIX, en pos de la adquisición de derechos laborales y políticos, que serán consagrados con el advenimiento del peronismo. Continúa analizando los sentires de mujeres atravesadas por la revitalización del feminismo en el acontecer del nuevo siglo, nutrido de experiencias de lucha como las emprendidas por las militantes de la década del setenta y las Madres de Plaza de Mayo, vivencias que les brindaron herramientas para acercarse a las problemáticas de otros colectivos socialmente segregados. El libro termina con el análisis de entrevistas a mujeres desconocidas de hoy que son de utilidad para trazar recorridos nunca antes considerados en la historia de nuestro país.

Si bien su organización lo convierte en un libro histórico al cumplir con el requisito básico que determinan la mayoría de los escritos de este tipo, el respeto por un orden cronológico, sus partes pueden leerse de forma independiente. Por eso, estamos frente a un libro de divulgación que permite ser abordado sin tener conocimiento sobre nuestro pasado y prestarse al disfrute de lo que la autora relata en cada una de las semblanzas contenidas en sus cuatro secciones. Como poseedor de esta particularidad no lo distancia de ser considerado como una herramienta a utilizar por quienes nos dedicamos a analizar procesos históricos. La búsqueda de fuentes e información teórica y metodológicas nos lleva a hacer lecturas desordenadas de textos. Tomamos lo que nos es útil para nuestro proceso de investigación y luego, si necesitamos insistir en nuevos rastreos, profundizamos en sus lecturas. La organización de este libro también se adecua a estas formas en que llevamos a cabo nuestras indagaciones.

La vigencia de la temática que sobrevuela cada una de las historias de este libro es una invitación a alejarnos de la distracción, que es el mecanismo más subjetivo de la neutralización de la lectura. En este presente colmado de nuevas tecnologías que monopolizan nuestros focos de atención, María Inés Fernández propone una lectura que nos hace pensar en algo que, a pesar del interés que suscita, se nos ha vuelto muy complejo de comprender: el amor. Si bien la propuesta de la autora no se centra en el análisis de las relaciones de género en el proceso histórico argentino, el relato de la vida de las mujeres investigadas deja traslucir que vivieron y amaron determinadas por los estereotipos de la época que las constituyeron. Muchos de esos amores les coartaron la libertad de militar en política, desarrollar una profesión, ser respetadas por querer cantar tango o por autopercibirse como seres deseantes.

Siempre entendí que la lectura posee un poder indomable. En el caso de este libro compruebo que aún hoy sigue siendo así. Permite pensar al amor como alguna vez lo definió Eric Fromm: un arte que debe ser aprendido. Da pistas para comprenderlo otorgando luz a la trayectoria de la sociedad femenina argentina en tanto generadora de ideas y portadora de luchas para constituirnos como mujeres plenas, deseantes, capaces de construir y establecer vínculos afectivos y sexoafectivos exentos de violencias, que nos acaricien y respeten nuestra autonomía.

En el mes que fue determinado comercialmente para celebrar la romantización del amor, la lectura de este libro es una muy buena oportunidad para conocer sobre mujeres que se organizaron y lo percibieron desde el poder que posee para cambiar el mundo.

[1] Agradezco el intercambio establecido con la Lic. Andrea Vogel, especialista en los temas abordados en esta nota.