Por Facundo Romero (Secretario de Juventud de FATUN/Secretario General de ATUNAJ)

 

Dedicarse a la actividad sindical es una tarea militante que requiere cabeza fría y corazón caliente. Sin dudas el Movimiento Obrero Organizado tiene varias batallas que sortear:

  • ·    por un lado la demonización de los dirigentes sindicales motorizada por los sectores concentrados de poder, que a través de la maquinaría mediática a su servicio logran instalar que para ser dirigente sindical se debe ser corrupto, mafioso, patotero o empresario
  • ·   por otro la fragmentación marcada por la falta de una conducción clara de la CGT, atomizada por la primacía de intereses individuales que ponen en tensión la posibilidad de la unidad

“El pueblo no vale por su organización ni por el número de hombres que están organizados. Vale por los dirigentes que tiene a su frente, porque la acción jamás está impulsada ni por la masa ni por el pueblo, sino por los dirigentes, que son los que conducen” (Juan Perón).

Estamos convencidos que debemos volver a las bases, necesitamos construir frente al gobierno neoliberal-oligárquico –aunque novedosamente elegido en forma democrática- una Organización sólida, con formación de cuadros constante, volviendo a las Escuelas Superiores de Formación que el General Perón supo llevar adelante.

Perón consideraba que la conducción política era una ciencia que debía estudiarse con la finalidad de reducir el margen de error de las decisiones y para mejorar los resultados de acción colectiva. El dirigente debía conocer los sucesos históricos y la relación entre variables políticas, económicas y sociales a través del tiempo.

Además de ser un campo del conocimiento científico, la conducción es un arte y cada dirigente desenvuelve una acción particular en su tiempo y en su espacio. La dirección política es única e irrepetible, cada militante lleva un “bastón de mariscal” y en su intervención se ponen en juego su originalidad y su propio sentido.

Finalmente, Perón postulaba que la conducción política tiene que orientarse al cumplimiento de una causa trascendente y que la dirigencia debería disponer de una doctrina y de una ética. Los conductores deben llevar bien alto el “sentido heroico de la vida”, colocando a la justicia social, la grandeza nacional y al amor a la patria como finalidad última de sus acciones.

La Patria está viviendo momentos difíciles desde que el 10 de diciembre de 2015, cuando asumió un Gobierno que viene destruyendo derechos históricos, un gobierno al que no le importan lxs niñxs ni los abuelxs ni la salud ni la Educación ni nada que mejore las condiciones de vida de los sectores populares. Es por ello que lxs dirigentes sindicales, políticos y sociales, tenemos el deber de militar y construir la UNIDAD en ACCION y en CONCEPCION: solo así el Movimiento Obrero podrá articularse como columna vertebral de un Proyecto Político Nacional y Popular.

No venimos a proponer tirar ningún viejo por la ventana, pero si debemos saber que el Pueblo aún espera que los Sindicatos sean el bastión de la resistencia, espera renovación en la dirigencia, espera un Movimiento Obrero Organizado sólido, combativo, organizado, solidario. Pues bien: para lograrlo necesitamos un plan de lucha claro, consistente y que se sostenga en el tiempo. Ya no hay lugar para tibiezas, ni para especulaciones sectoriales, hay que poner las pelotas en el lugar que Pueblo espera y colaborar para lograr plasmar en la vida pilares básicos: Patria libre, justa y soberana.

Por último, instamos a soñar con las Utopías Realizables, que permiten a los hombres lograr aquellas cosas que siempre han traído la felicidad para nuestro Pueblo. Sigamos construyendo nuestra historia con memoria, seamos participes de nuestro destino siempre con UNIDAD, SOLIDARIDAD Y ORGANIZACIÓN.

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Escrito 12/06/2017 por JORGE A. MENGIA

 

En materia educativa, es momento de discutirlo todo. Desde las políticas del gobierno hasta el sentido de “ser docente”. Desde las protestas hasta la imagen de la escuela proyectada por los medios.

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 Por Eduardo Abalo

Luego de dos años ya no quedan dudas que estamos frente a una reactualización de la línea divisoria que atraviesa toda nuestra historia y que reinvierte los valores de la dicotomía formulada por Sarmiento entre civilización y barbarie. Una vez más el proyecto antinacional avanza sobre los derechos y conquistas de la mayor parte de la población. Los objetivos, beneficiarios y perjudicados se mantienen inalterables con el paso del tiempo, aunque el contexto y el clima de época los inducen a modificar algunos, solo algunos, mecanismos para llevar a cabo sus designios. De todas maneras el revanchismo, la represión y la persecución política están en el ADN de la derecha autóctona. En definitiva, aun permanece incólume la sentencia de que, en la Argentina, el liberalismo económico ha coexistido mucho mejor con el autoritarismo que con el liberalismo político.

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Corría el mes de marzo 2015 y en los amplios salones del hotel Llao Llao en Bariloche se reunian los hijos de los principales empresarios de la Argentina para debatir y planificar el futuro –en el mismo lugar donde en éstos días fracasó la Asamblea Anual de la OMC (Organización Mundial del Comercio) porque no pueden ponerse de acuerdo como descargar su sobreproducción sobre los países subdesarrollados-. Estaban, entre otros:

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Como a Zannini, como a D´Elia, desde ya como a Milagros, pero también como a De Vido y a Boudou: porque hoy están presos por haber formado parte de un gobierno nacional y popular……o por ser militantes populares……o porque de una u otra manera su compromiso con la militancia o con la gestión o con las decisiones estratégicas del kirchnerismo o la fidelidad a figuras de éste espacio político los transforma en “no carpeteables”……………….como yo, como tantos otros, como miles y miles….

Que me lleve preso el sinvergüenza de Bonadío, sería un honor….

¡Que me lleve preso el gobierno de Macri: un verdadero orgullo!

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