Por Mariano Ameghino y Ana Inés Mallimaci Barral

Normalmente, durante una campaña electoral en la que se busca ganar votos, algunos discursos buscan potenciar imaginarios construidos por el sentido común, cuyos fundamentos no se basan en certezas, sino en estereotipos, estigmas y una visión distorsionada de la realidad. En los últimos días, Patricia Bullrich ha afirmado que el 50% de lxs estudiantes en las universidades son extranjerxs, lo que supuestamente privaría a los jóvenes argentinos de oportunidades. Estas afirmaciones contienen falacias y parten de una suposición errónea: considerar a lxs estudiantes extranjeros como un problema que necesita ser resuelto.

Nuestro sistema universitario público, desarancelado y de ingreso irrestricto es un orgullo, una de las políticas de Estado que se sostienen más allá de lo pendular que han sido las posturas de gobiernos y líderes políticos. Como consecuencia de este sistema, amplio y democrático, la diversidad en las aulas ha sido una de las características valiosas del sistema universitario argentino. En el mundo actual y globalizado, las instituciones educativas están buscando internacionalizarse, lo que se ha convertido en un indicador fundamental de la calidad educativa. Cada vez es más importante que lxs estudiantes universitarios cuenten con habilidades para desenvolverse en entornos diversos, incluyendo escenarios internacionales, y sean capaces de comprender otros idiomas. La diversidad en el aula, al compartir espacio con personas de diferentes creencias, dialectos, culturas y países, contribuye en gran medida a enriquecer la formación. Por esta razón, resulta muy acertado considerar la admisión de estudiantes provenientes de otras regiones en nuestras universidades. En ocasiones, esto se refleja en un aumento de los ingresos en el presupuesto universitario, ya que lxs estudiantes extranjeros suelen pagar matrícula tanto en las universidades privadas para estudios de grado, como en las instituciones estatales y privadas para estudios de posgrado.

Esto impulsa la implementación de programas que permiten la visita de estudiantes de intercambio por un semestre, así como la llegada de otros estudiantes que desean completar toda su carrera académica en nuestra institución. Muchxs de estxs estudiantes han elegido a la Argentina para vivir y a la Universidad Pública Argentina para estudiar. Se trata de jóvenes que se desplazan luego de culminar la escuela secundaria en el país de origen en búsqueda de un destino personal, laboral y académico. Es un orgullo que muchxs elijan a nuestra Argentina para continuar con sus anhelos, sueños y esperanzas.

Según el anuario estadístico universitario, lxs estudiantes extranjerxs en el 2020 representan el 4,0% del total de lxs estudiantes de pregrado y grado y el 8,4% de lxs estudiantes de posgrado. Sin embargo, estos números no reflejan únicamente la internacionalización de la educación superior. Las estadísticas registran estudiantes nacidxs en el extranjero por lo cual el número total incluye también a las personas migrantes que residen en el país hace muchos años, cursando uno o varios niveles de escolaridad en Argentina. Su migración es producto de una decisión familiar y la llegada a la universidad una apuesta educativa familiar y personal. Por tanto, en el contexto del debate público y al observar que una precandidata presidencial recurre erróneamente y de mala fe a mitos y estereotipos sobre la presencia de estudiantes migrantes en nuestro sistema de educación superior, los investigadores de la UNAJ que formamos parte del proyecto de investigación UNAJ INVESTIGA, "Estudiantes Migrantes de la UNAJ. Trayectorias y Sentidos de la Educación Superior", destacamos los siguientes puntos:

1.- La Internacionalización de nuestras aulas enriquece el paso de todxs lxs estudiantes que se encuentran en ella

2.- Así como el estudiante nacidx en argentina sostiene la educación recibida con los impuestos que abona y recauda el estado, el estudiante extranjerx, en su condición de migrante, o de estudiante de intercambio internacional, realiza su aporte como el resto de la sociedad que consume en el país (incluso muchas veces aquellos que no pasan ni por la puerta de una casa de estudios sostienen con su esfuerzo a la educación superior y merecen vivir en una sociedad que tenga universidades que aporten a una vida mejor)

3.- Es falso que lxs estudiantes extranjeros ocupen el 50% de la matrícula universitaria argentina. Si bien esto no sería un problema, en los hechos se trata de 4% de la población universitaria de grado

4.- Dentro de ese 4% la estadística no permite discernir si se trata de estudiantes que migraron con ese fin, migrantes adultxs que deciden estudiar en el país o estudiantes que ya tienen estudios previos en el país al formar parte de una migración familiar de larga data

5.- Con una mirada Jauretcheana, advertimos que ante estadísticas similares, las Universidades Europeas se permiten aplicar a rankings internacionales para demostrar el nivel de internacionalización que poseen sus instituciones. Los migrantes latinoamericanos, caribeños y de otras latitudes generan en nuestra vida cotidiana altos grados de enriquecimiento intercultural como los Italianos, Alemanes, Franceses que estudian en España o viceversa. No consideramos apropiado suponer que existen migraciones de primera calidad y otras de segunda calidad. Desde hace algunos años, iniciamos una investigación en la UNAJ para conocer y comprender la presencia de estudiantes extranjerxs en nuestra institución. Algunos de los resultados muestran que:

- Hay 579 estudiantes regulares que nacieron en el extranjero, cifra que representa al 2% del alumnado (datos del 2019)

- El origen de los/as estudiantes es principalmente Paraguay, Bolivia y Perú. Al considerar el total nacido en países limítrofes, el número alcanza el 78%

- 73% son mujeres (entre el total del alumnado son 66%)

El análisis permite distinguir tres tipologías entre el total de estudiantes nacidos/as en el extranjero:

1. Hijxs de migrantes. Se trata de estudiantes que migran siendo niñxs o jóvenes en contextos familiares desde países limítrofes. Realizan parte de su trayectoria educativa en Argentina. El acceso a la universidad expresa una movilidad social intrafamiliar (mayor proporción familias sin ningún tipo de experiencia universitaria)

2. Migrantes que acceden a la universidad. Se trata de estudiantes que migran en su vida adulta por múltiples motivos desde países limítrofes. La universidad "aparece" en su horizonte residiendo en Argentina

3. Migrantes por motivos de estudio. Para estxs estudiantes, el horizonte educativo es una dimensión central del proyecto educativo. Migran desde países de América Latina (especialmente Colombia y Brasil). Por lo tanto, nuestro trabajo muestra la heterogeneidad de las trayectorias detrás de las cifras de estudiantes extranjerxs. El Ingreso a la universidad se relaciona con una política de integración e inclusión de sectores medios y populares relegados de otros centros de educación superior.

Más allá de las tipologías y trayectorias, celebramos la diversidad en nuestra universidad y alentamos una mayor presencia de estudiantes extranjerxs para enriquecer nuestras aulas.